La mamba negra (Dendroaspis polylepis) es una especie de serpiente de la familia Elapidae extremadamente venenosa que habita en diversas zonas del África subsahariana. Descrita formalmente por Albert Günther en 1864, es la segunda serpiente venenosa de mayor tamaño, después de la cobra real; aunque hay informes de ejemplares de algo más de cuatro metros, los adultos normalmente miden entre dos y tres metros. El color de su piel varía de gris a marrón oscuro; los ejemplares jóvenes tienden a ser más pálidos que los adultos y se oscurecen con la edad. La especie es tanto terrestre como arborícola; habita en sabanas, zonas boscosas, laderas rocosas y, en algunas regiones, bosques densos. Es de hábitos diurnos y se alimenta de aves y pequeños mamíferos.

Su veneno está compuesto principalmente de neurotoxinas que a menudo provocan síntomas en diez minutos y con frecuencia es mortal para los humanos a menos que se administre un antisuero. A pesar de su reputación como una especie temible y sumamente agresiva, solo ataca a los humanos si se siente amenazada o acorralada.

